¿Cómo detectar errores SEO con una auditoría SEO?
- Nova Studio

- 22 sept
- 11 Min. de lectura
Actualizado: 24 sept
En el mundo del posicionamiento web, incluso los sitios mejor diseñados pueden verse afectados por errores SEO que pasan desapercibidos. Estos fallos de posicionamiento web abarcan problemas técnicos, de contenido y de enlaces que, en conjunto, pueden mermar la visibilidad de tu página en los motores de búsqueda. Identificar a tiempo estos errores de posicionamiento web es crucial para mantener un buen posicionamiento SEO y evitar que tu sitio pierda tráfico orgánico frente a la competencia. A continuación, exploraremos qué son los errores SEO, cuáles son los más comunes en los ámbitos técnico, de contenido y de enlaces, y cómo puedes detectarlos (y solucionarlos) mediante una auditoría SEO profesional.

Índice
¿Qué son los errores SEO?
Los errores SEO son todos aquellos problemas o malas prácticas que impiden que una página web se posicione correctamente en los resultados de búsqueda. Pueden ser problemas técnicos del sitio (por ejemplo, páginas que Google no puede indexar o una velocidad de carga muy lenta), errores de contenido (como textos duplicados o de baja calidad) o errores relacionados con enlaces (enlaces rotos internos/externos o un perfil de backlinks tóxico). En esencia, un error SEO es cualquier factor que dificulta a los motores de búsqueda entender, rastrear o valorar adecuadamente tu página. Por ejemplo, si tu sitio tiene problemas de indexación, es posible que páginas importantes no aparezcan en Google; si ofrece contenido escaso o duplicado, el algoritmo podría considerarlo de menor relevancia; y si acumula enlaces entrantes de mala calidad, podrías incluso enfrentar penalizaciones de Google.
Detectar y corregir estos errores es fundamental para mejorar tu posicionamiento web y la experiencia de usuario.
Errores técnicos de SEO
En la auditoría técnica SEO se suelen encontrar muchos problemas que afectan la rastreabilidad y la indexación de un sitio. Estos errores técnicos son a menudo invisibles para el visitante promedio, pero tienen un gran impacto en cómo los buscadores evalúan tu web.
A continuación destacamos los errores técnicos más comunes (como problemas de indexación, lentitud de carga o ausencia de HTTPS) y su efecto en el SEO.

Problemas de indexación
Los problemas de indexación ocurren cuando Google y otros buscadores no logran encontrar, rastrear o indexar correctamente tus páginas. Esto significa que, aunque el contenido exista, puede no estar apareciendo en los resultados de búsqueda debido a obstáculos técnicos. Algunos ejemplos típicos de errores de indexación son: bloqueos accidentales en el archivo robots.txt (por ejemplo, dejar activada en WordPress la opción "Disuadir a los motores de búsqueda de indexar este sitio", que añade Disallow: / y bloquea todo el sitio) o el uso indebido de la metaetiqueta noindex en páginas importantes (un descuido común tras migraciones o rediseños).
Cuando las páginas no se indexan bien, pierdes visibilidad orgánica (esas URLs no aparecerán en Google). Por otro lado, tener páginas irrelevantes indexadas – como filtros, búsquedas internas o contenidos de poco valor – puede terminar canibalizando o compitiendo con tus propias páginas principales. En general, Google solo quiere indexar contenido útil; si tu sitio tiene muchas URLs de poco valor indexadas, eso diluye la relevancia del conjunto de tu web.
¿Cómo detectar problemas de indexación? Puedes usar el comando site:tu-dominio.com en Google para comprobar qué páginas de tu web están indexadas (y descubrir si falta o sobra contenido en el índice). Además, Google Search Console en su informe de Cobertura te indica qué páginas han sido excluidas o presentan errores (por ejemplo, páginas con etiqueta "noindex" detectadas o bloqueos por robots.txt). Con estas herramientas, y con herramientas de rastreo como Screaming Frog, puedes identificar rápidamente problemas de indexación en tu sitio.
Velocidad de carga lenta
La velocidad de carga de un sitio web es otro factor técnico crítico. Un sitio lento frustra a los usuarios y además puede afectar negativamente tu SEO. Google confirmó que la velocidad de las páginas es un criterio de posicionamiento en Google. En otras palabras, si tu página carga muy despacio, tendrá más difícil alcanzar los primeros puestos en los resultados.
¿Por qué es tan importante la velocidad? Primero, por experiencia de usuario: varios estudios indican que a los usuarios les importa mucho la rapidez con que carga una página. Si tu web tarda más de 3 o 4 segundos en cargar, es altamente probable que el visitante se desespere y la abandone, enviando malas señales de interacción (pogo-sticking). Además, un sitio muy lento puede provocar que Googlebot rastree menos páginas de tu web en cada visita, aprovechando mal tu presupuesto de rastreo.
Para evitar este error SEO, analiza regularmente el rendimiento con herramientas como Google PageSpeed Insights o Lighthouse. Estas herramientas no solo te dan un puntaje de rendimiento, sino que sugieren mejoras concretas para optimizar la carga (optimización de imágenes, activación de caché, minimización de código, etc.). Recuerda: cada segundo menos en el tiempo de carga puede ayudarte a retener más usuarios y, por ende, mejorar tu posicionamiento SEO.
Falta de HTTPS (sitio no seguro)
Tener un sitio accesible solo por HTTP en lugar de HTTPS se considera un error técnico serio hoy en día. Google lleva años fomentando el uso de conexiones seguras y cifradas. De hecho, “HTTPS es una señal de ranking” confirmada oficialmente por Google. Esto implica que, a igualdad de condiciones, una página con HTTPS puede tener una ligera ventaja en posicionamiento sobre otra equivalente que no sea segura. Más allá del impulso de SEO, un certificado SSL aporta confianza a los usuarios (ese candadito en la barra de direcciones) y protege los datos transmitidos.
No migrar a HTTPS por completo o tener contenido mixto también son errores a evitar. Por ejemplo, tu sitio principal puede estar en HTTPS, pero si algunas imágenes o scripts internos cargan por HTTP, los navegadores mostrarán advertencias de “contenido no seguro”. Esto afecta la experiencia de usuario y la percepción de tu marca. Google, por su parte, prefiere mostrar sitios seguros; incluso llegó a penalizar ligeramente a los sitios HTTP frente a los HTTPS en sus rankings.
La solución es clara: implementa HTTPS en todo tu dominio. Adquiere e instala un certificado SSL válido (hoy existen opciones gratuitas como Let’s Encrypt), configura redirecciones 301 de todas las URLs http:// a https:// y asegúrate de actualizar en tu web cualquier enlace o recurso que apunte a versiones no seguras. Una vez hecho el cambio, Google Search Console te permite indicar la nueva propiedad HTTPS y monitorear que la indexación de la versión segura progrese adecuadamente. Un sitio web bajo HTTPS no solo evita posibles penalizaciones o advertencias de seguridad, sino que mejora la credibilidad y tranquilidad de tus visitantes al navegar.
Errores de contenido
Además de la parte técnica, el contenido de tu web juega un papel esencial en SEO. Aquí los errores comunes suelen ser ofrecer contenido duplicado o contenido “thin” (escaso o de poca calidad). Google valora la relevancia y originalidad; cuando detecta problemas en este frente, puede bajar drásticamente el posicionamiento de un sitio.

Contenido duplicado
El contenido duplicado se refiere a bloques de texto o páginas enteras que son idénticas (o muy similares) a otras dentro de tu sitio, o incluso a contenido de otras webs. Tener páginas duplicadas confunde a los motores de búsqueda: no saben cuál mostrar o rankear, y pueden terminar repartiendo la autoridad entre varias URLs en lugar de consolidarla en una sola. Aunque Google suele manejar internamente la duplicación eligiendo una versión “canónica”, lo cierto es que estos duplicados dificultan el SEO.
Duplicar contenido puede llevar a que Googlebot desperdicie recursos rastreando múltiples URLs con lo mismo en lugar de centrarse en contenido único. Cuanto más tiempo pierde Google rastreando duplicados, menos tiempo dedica a otras páginas válidas de tu sitio.
Google normalmente no aplica una penalización manual por duplicado involuntario, pero sigue siendo un error SEO serio porque diluye tus señales de ranking. Además, algoritmos como Google Panda fueron diseñados para identificar sitios con contenido escaso, duplicado o de baja calidad, lo que puede hacer caer tu posicionamiento con el tiempo.
¿Cómo lidiar con el contenido duplicado? Primero, identifica las duplicaciones. Existen herramientas para hacer auditorías SEO como Screaming Frog o servicios online tipo Siteliner te permiten detectar páginas con contenido repetido. Una vez localizadas, toma medidas: puedes combinar o eliminar páginas redundantes, usar la etiqueta canonical (<link rel="canonical">) para señalar la URL original cuando existan versiones duplicadas (por ejemplo, versiones con parámetros o ID de sesión), o en casos necesarios bloquear mediante robots.txt o meta noindex aquellas páginas duplicadas que no deban aparecer en buscadores. Recuerda también revisar cosas como versiones www vs no-www, o HTTP vs HTTPS, ya que una mala configuración allí puede generar duplicidad. Mantener tu contenido libre de duplicados ayudará a que toda la autoridad de tus páginas se concentre donde debe: en la versión principal de cada contenido.
Contenido “thin” o de baja calidad
El término “thin content” (contenido fino o escaso) se refiere a páginas con muy poco contenido útil, superficial o prácticamente sin valor para el usuario. Google considera este tipo de contenido de baja calidad como un signo negativo. De hecho, la actualización Google Panda mencionada apuntó directamente a penalizar sitios con contenido escaso o poco útil. Algunos ejemplos: páginas prácticamente vacías o genéricas (p.ej. páginas de categoría sin apenas texto descriptivo), textos creados automáticamente sin valor añadido real, o decenas de artículos muy cortos creados solo para intentar posicionar keywords pero sin aportar información relevante al usuario.
El problema del contenido thin es que empeora la percepción de calidad de tu sitio tanto para Google como para tus visitas. Si un usuario llega buscando información y encuentra una página con un par de líneas irrelevantes, probablemente la abandonará enseguida (alta tasa de rebote), lo que envía a Google la señal de que tu página no fue útil. Además, si tu web está llena de páginas de baja calidad, es posible que su rendimiento global sufra; podrías ver caídas en el tráfico orgánico debido a filtros algorítmicos que valoran peor tu dominio.
Para detectar contenido escaso, una auditoría SEO revisa la extensión y profundidad de tus páginas. Si una página intenta posicionar para un tema importante pero solo ofrece un par de párrafos superficiales, probablemente necesite ser mejorada (o combinada con otras para formar un contenido más útil). En ocasiones, la solución es unir páginas débiles en una sola más completa, o directamente no indexar aquellas que no aportan nada al usuario. Enfócate siempre en ofrecer contenido de valor, pensado para responder las dudas del usuario con amplitud y claridad. De esa forma evitarás caer en este error y, al contrario, te ganarás el favor del algoritmo por proporcionar información útil y de calidad.
Errores de enlaces
La tercera gran categoría de errores SEO tiene que ver con los enlaces, tanto internos como externos. Los enlaces son la columna vertebral de la Web y del SEO (recordemos que Google se fundó sobre la base del PageRank, que en esencia mide la calidad de una página según los enlaces que recibe). Por ello, un mal manejo de enlaces puede perjudicar significativamente tu posicionamiento web. Aquí abordaremos dos tipos de errores: enlaces rotos y enlaces tóxicos.

Enlaces rotos (errores 404)
Un enlace roto es aquel que apunta a una URL inexistente (generalmente devuelve un error 404 Not Found). Tener enlaces rotos es negativo por varias razones: empeora la experiencia de usuario, genera errores de rastreo (cuando Googlebot intenta seguirlos) e impide transmitir la autoridad de enlace dentro de tu web. En otras palabras, los enlaces rotos ofrecen una mala imagen tanto a usuarios como a buscadores, indicando un sitio descuidado o desactualizado.
¿Cómo detectar enlaces rotos? Afortunadamente, existen herramientas que los detectan rápidamente: por ejemplo, un rastreador como Screaming Frog te listará todas las URLs con error 404 en tu sitio, y Google Search Console también reporta enlaces rotos en sus informes de cobertura. Identificados los errores, la solución es actualizar o eliminar esos enlaces: implementa redirecciones 301 hacia URLs correctas cuando sea posible, o quita los enlaces que apuntan a páginas inexistentes.
Mantener los enlaces actualizados no solo evita fugas de PageRank interno, sino que mejora la navegación del usuario. Un visitante que no encuentra errores navega con más confianza y permanece más tiempo en tu web. Además, una estructura de enlaces internos sana ayuda a Google a descubrir e indexar mejor todo tu contenido.
Enlaces tóxicos (backlinks de mala calidad)
Por último, debemos hablar del perfil de enlaces externos de tu sitio, es decir, los backlinks que apuntan hacia tu web desde otros dominios. No todos los enlaces entrantes son buenos; de hecho, los enlaces tóxicos pueden hundir tu estrategia SEO si no se controlan. Se consideran “tóxicos” aquellos backlinks de mala o dudosa calidad que Google puede interpretar como spam o manipulación. Suelen provenir de sitios poco confiables: granjas de enlaces, páginas de spam, dominios penalizados o sin relación temática con tu sitio. Tener muchos enlaces de este tipo levanta señales de alarma en Google.
La presencia de muchos backlinks tóxicos puede perjudicar gravemente tu posicionamiento: Google podría hacerte perder visibilidad en palabras clave, aplicar penalizaciones e incluso eliminar tu sitio del índice en casos extremos. Es decir, un perfil de enlaces “envenenado” puede echar por tierra años de trabajo de posicionamiento legítimo.
¿Cómo se detectan y solucionan? Aquí entran en juego las herramientas de análisis de enlaces como Ahrefs, SEMrush o la propia Google Search Console. Estas plataformas suelen asignar un “toxic score” o marcar los backlinks potencialmente dañinos (por ejemplo, dominios de muy baja calidad, sitios sin relación temática, o patrones de enlace poco naturales). Mediante una auditoría de backlinks, podrás identificar los enlaces sospechosos. Si detectas muchos enlaces de mala calidad, la solución pasa por usar la herramienta de Google Disavow para desautorizar esos backlinks.
En resumen, mantén un perfil de enlaces saludable y natural. Revisa periódicamente tus backlinks (especialmente si notas caídas de tráfico repentinas) y evita las prácticas de link building manipulativas que puedan derivar en penalizaciones. Una buena estrategia de linkbuilding debe centrarse en conseguir enlaces de sitios relevantes y de calidad, no en la cantidad. De esta forma, tu sitio ganará autoridad de manera segura, sin riesgos para tu posicionamiento.
¿Cómo detectar errores con una auditoría SEO?
Hemos repasado muchos posibles errores de SEO: técnicos, de contenido y de enlaces. La pregunta final es: ¿cómo detectar todos estos problemas de manera eficaz? La respuesta está en realizar una auditoría SEO integral de tu sitio web. Una auditoría SEO es un análisis exhaustivo que abarca todos los aspectos comentados (y más), con el objetivo de diagnosticar los factores que pueden estar limitando tu posicionamiento.
Herramientas clave para una auditoría SEO: un auditor SEO profesional emplea varias herramientas para detectar fallos:
Google Search Console: proporciona un panorama de la salud de tu web en Google. Muestra errores de indexación (cobertura), problemas de usabilidad móvil, alertas de seguridad (por ejemplo, páginas hackeadas) o penalizaciones manuales, y también revela tus backlinks principales. Es el punto de partida indispensable para entender qué áreas de tu sitio pueden estar fallando.
Rastreadores SEO (crawlers): aplicaciones como Screaming Frog permiten simular el recorrido de un bot por tu sitio. Con ellas puedes descubrir enlaces rotos, páginas bloqueadas por robots.txt o con meta "noindex", contenido duplicado, redirecciones mal implementadas, etc. Básicamente sacan a la luz todo lo que impide un rastreo e indexación óptimos.
Plataformas integrales (SEMrush, Ahrefs): estas suites realizan auditorías automáticas de tu sitio y de tu perfil de enlaces. Generan informes detallados señalando incidencias: páginas lentas o con poco contenido, enlaces rotos, contenido duplicado, meta etiquetas faltantes o duplicadas, entre muchas otras. Asimismo, sus módulos de análisis de backlinks detectan enlaces tóxicos e incluso pueden sugerirte cuáles conviene desautorizar para mantener tu perfil limpio.
Una buena auditoría SEO combina estas herramientas con el criterio humano experto. Las herramientas identifican posibles problemas, y luego el especialista evalúa la gravedad de cada uno y prioriza las soluciones. Por ejemplo, determinará si es más urgente corregir ciertos errores técnicos (como esos enlaces rotos o páginas bloqueadas), mejorar contenidos de baja calidad, o desautorizar backlinks tóxicos que estén afectando tu sitio. Al final obtendrás un plan de acción claro para optimizar tu web en todas las áreas críticas.
De este modo, una auditoría SEO profesional te ayudará a identificar y corregir estos errores de raíz, antes de que sigan lastrando tu sitio.
Conclusión
Los errores SEO más comunes – ya sean técnicos, de contenido o de enlaces – pueden estar impidiendo que tu web logre el posicionamiento que merece. La buena noticia es que, una vez detectados, casi todos tienen solución. Al tomar medidas para arreglar problemas de indexación, mejorar la velocidad de carga, asegurar tu sitio con HTTPS, depurar contenido duplicado o poco útil, y gestionar tus enlaces rotos y tóxicos, estarás despejando el camino para que tu web mejore su posicionamiento web de forma notable.
Un sitio técnicamente sólido, con contenido de calidad y un perfil de enlaces limpio, tiene muchas más papeletas para ocupar los primeros resultados en Google. Esto se traduce en más visibilidad, más tráfico cualificado y, en última instancia, más conversiones para tu negocio. Corregir estos errores SEO no solo mejora tus rankings, sino que también ofrece una experiencia superior a tus usuarios.
Si sospechas que tu página puede estar sufriendo alguno de estos problemas, no dudes en tomar acción. Como hemos mencionado, una auditoría SEO profesional es la forma más efectiva de analizar tu web de arriba abajo. Con las recomendaciones adecuadas, podrás corregir los errores detectados y llevar tu estrategia de posicionamiento web al siguiente nivel, superando a la competencia en los resultados de búsqueda. ¡Manos a la obra con la optimización SEO y que nada frene tu camino hacia el éxito online!


