Mi página web no aparece en Google: causas y soluciones
- Nova Studio
- 15 may
- 19 Min. de lectura
¿Estás buscando tu página en Google y no aparece por ninguna parte? No te preocupes, no eres el único. La ausencia de tu web en Google puede deberse a varios motivos, y descubrirlos es el primer paso para solucionarlo. Piensa que el 75% de los usuarios no pasa de la primera página de resultados, y aparecer (o no) en Google puede ser la diferencia entre recibir visitas o ser prácticamente invisible. En pocas palabras: si tu sitio no figura en Google, es como si no existiera para la mayoría de tus clientes potenciales.
Aparecer en Google depende de dos fases: la indexación (que Google descubra e incluya tu página en su índice) y el posicionamiento SEO, que es lograr visibilidad en resultados relevantes. En este artículo veremos por qué puedes fallar en una u otra fase y cómo arreglarlo.
Para ayudarte, a continuación identificamos las causas más frecuentes por las que una web no aparece en Google, junto con soluciones prácticas. Verás que muchas son fáciles de detectar y corregir, sin tecnicismos innecesarios. ¡Vamos a ello!

Causas comunes por las que tu página no aparece en Google
Tu sitio es nuevo o Google aún no lo ha indexado – Si la web es muy reciente o no tiene enlaces entrantes, es probable que Google todavía no la conozca ni la haya agregado a sus resultados.
Bloqueos involuntarios (etiquetas “noindex” o archivo robots.txt) – A veces la propia configuración de tu página está impidiendo que los buscadores la vean, por ejemplo con instrucciones sin querer que le dicen a Google “no indexes esta página”.
Problemas técnicos en la web – Errores de servidor, páginas muy lentas o contenido inaccesible pueden dificultar que Google rastree tu sitio, impidiendo que aparezca en resultados.
Optimización SEO deficiente – Tu web puede estar en Google pero tan mal optimizada (contenido pobre, palabras clave inadecuadas, títulos genéricos) que no logra posicionarse en ninguna búsqueda relevante, pasando desapercibida.
Falta de autoridad o enlaces externos – Si nadie enlaza a tu web y es poco conocida, Google puede tardar en otorgarle relevancia. Sin enlaces entrantes de calidad, tu sitio tendrá más dificultades para aparecer en búsquedas competidas.
Penalizaciones de Google o problemas de seguridad – En casos más serios, tu página pudo ser penalizada manualmente (por prácticas de spam, enlaces artificiales, etc.) o tener un problema de malware/hackeo, lo que hace que Google la oculte de los resultados.
Cambios de dominio o estructura mal gestionados – Si recientemente migraste tu web a otro dominio, cambiaste URLs o hiciste un rediseño, y no avisaste correctamente a Google (redirecciones, sitemap, etc.), es posible que tu web anterior desaparezca y la nueva aún no aparezca.

Como ves, las causas van desde detalles técnicos hasta despistes en SEO. A continuación, abordamos cada causa en detalle y te explicamos cómo solucionarla paso a paso, con ejemplos prácticos. ¡Manos a la obra!
1. Tu sitio es nuevo o Google aún no lo ha indexado
¿La web está recién lanzada? Si tu página tiene poco tiempo de vida (días o semanas), es normal que todavía no aparezca en Google. Google necesita descubrirla primero, un proceso llamado indexación. Si nadie (ni tú mismo) le ha dicho a Google que tu sitio existe, o no hay otros sitios que tengan enlaces hacia tu web, puede tardar un tiempo en enterarse de que debe rastrearla.
Solución: Ten paciencia, pero también toma acción para acelerar la indexación:
Verifica la indexación manualmente: Escribe en Google "site:tudominio.com" (reemplaza tudominio.com por tu dominio real). Si no aparecen resultados, efectivamente tu sitio no está en el índice de Google.
Configura Google Search Console: Es una herramienta gratuita de Google para administradores web. Añade tu sitio y verifica tu dominio. Desde allí, podrás enviar tu mapa del sitio (sitemap) y solicitar que Google indexe tus páginas. Por ejemplo, usa la herramienta de “Inspección de URLs” en Search Console: introduce la URL de tu página principal. Si te indica “URL no está en Google”, haz clic en “Solicitar indexación”.
Envía un sitemap: Un sitemap.xml es un archivo que lista todas las páginas de tu sitio. Al proporcionarlo a Google (a través de Search Console), le facilitas encontrar todo tu contenido. Muchas plataformas (WordPress con plugins SEO, Wix, Shopify) generan sitemaps automáticamente. Verifica en la documentación de tu plataforma cómo obtener el sitemap (por lo general es "tudominio.com/sitemap.xml") y envíalo en Search Console.
Comparte tu sitio en otros lugares: Al principio, un pequeño empujón ayuda. Comparte el enlace de tu web en tus redes sociales, directorios de empresas o con algunos conocidos. Si Google ve enlaces hacia tu sitio desde otras páginas ya conocidas, la descubrirá más rápido.
Paciencia, pero verifica periódicamente: La indexación puede tomar desde un par de días hasta algunas semanas. Ve comprobando con el comando "site:" en Google si tu web empieza a aparecer. También en Search Console revisa el apartado de “Cobertura” o “Páginas indexadas” para ver el progreso.

2. Bloqueos involuntarios: etiquetas “noindex” o archivo robots.txt
¿Y si eres tú quien, sin querer, le está diciendo a Google que ignore tu web? Ocurre más de lo que imaginas. Muchos sitios (especialmente en su fase de desarrollo) llevan configuraciones para ocultar la web de los buscadores y a veces se olvida quitarlas al lanzar el sitio.
Dos culpables comunes son: la etiqueta meta "<meta name="robots" content="noindex">" incrustada en el código de tus páginas, o reglas en el archivo robots.txt que bloquean el acceso de Google a tu sitio.
También las plataformas de creación web suelen tener opciones de privacidad. WordPress, por ejemplo, tiene una casilla en Ajustes > Lectura que dice “Disuadir a los motores de búsqueda de indexar este sitio”. Si esa casilla está activada, ¡bingo! Esa es la causa. Wix y otros constructores pueden tener ajustes similares (en Wix, asegúrate de que “Permitir que los motores de búsqueda indexen tu sitio” esté activado). Shopify oculta por defecto las tiendas que están en desarrollo tras una contraseña: si no has lanzado la tienda públicamente, Google no podrá acceder.
Solución: Hay que quitar esos bloqueos para que Google pueda entrar:
Revisa el archivo robots.txt: Visita "tudominio.com/robots.txt". Si ves una línea Disallow: / (que bloquea todo) o reglas que impiden el acceso a partes importantes de tu web, edita o elimina esas líneas. El robots.txt debe permitir al menos el acceso general. Por ejemplo, un robots.txt básico debería lucir así:
makefile
Copiar
User-agent: * Allow: / Sitemap: "https://tudominio.com/sitemap.xml"
Esto permite a cualquier buscador rastrear todo y proporciona la URL del sitemap.
Busca meta-etiquetas “noindex”: En el código HTML de tus páginas (especialmente la página principal), verifica que NO exista <meta name="robots" content="noindex">. Si la encuentras, elimínala o cámbiala a content="index". En algunos CMS, esta etiqueta se gestiona con opciones de visibilidad: por ejemplo, en WordPress la casilla mencionada arriba, o en plugins SEO (Yoast, Rank Math) revisa que ninguna página esencial tenga marcado “No index”.
Comprueba ajustes de la plataforma: En Wix, ve a Panel de control > SEO > Preferencias del sitio y confirma que “Permitir a los motores de búsqueda incluir mi sitio en resultados” esté habilitado. En Shopify, si terminaste de construir tu tienda, deshabilita la protección con contraseña (en Tienda Online > Preferencias, desmarca “Habilitar contraseña”).
Vuelve a solicitar indexación: Una vez que quitaste los bloqueos, ve de nuevo a Search Console. Usa la inspección de URL para comprobar que Google ahora ve la página “permitida” (te debe indicar algo como “La URL está disponible para indexación” en lugar de “Bloqueada por robots” o “Excluida por ‘noindex’”). Luego, solicita indexación de las páginas principales.
Mantén esas opciones vigiladas: A futuro, cada vez que hagas cambios mayores o migraciones, revisa estos ajustes para no repetir el susto.
3. Problemas técnicos de la web impiden el rastreo
A veces, la tecnología de tu sitio puede jugar en contra. Google envía bots (llamados Googlebot) a rastrear tu web; si estos bots encuentran obstáculos técnicos, pueden no llegar a indexar nada. ¿Qué tipo de problemas? Por ejemplo:
Errores de servidor (5XX): Si tu sitio está caído, muy lento o devuelve errores (como Error 500), Google no puede acceder. Un sitio que con frecuencia está fuera de línea o saturado tendrá menos páginas indexadas.
Páginas que requieren login o están tras buscadores internos: Si para ver el contenido hay que iniciar sesión, completar formularios o la navegación es complicada (por ejemplo, contenido que solo carga tras hacer clic en botones o desplegar menús vía JavaScript), el bot de Google podría no ver nada.
Uso excesivo de JavaScript o tecnologías que Google no interpreta bien: Hoy Google renderiza bastante JavaScript, pero sitios single-page complejos o contenido cargado dinámicamente podrían a veces quedar fuera. Asimismo, si todo tu texto importante está embebido en imágenes o Flash (¡Flash ya es antiguo, pero alguna web despistada queda!), Google no lo leerá.
No tener versión móvil: Aunque esto no impide la indexación, Google usa la versión móvil de tu sitio para indexar (Mobile-first indexing). Si tu web en móviles es un desastre o no muestra el contenido que sí tiene la versión de escritorio, podrías estar perdiendo visibilidad.
Solución: Optimizar tu web técnicamente para que Google la rastree sin problema:
Usa Search Console para detectar errores: En el informe Cobertura de Search Console podrás ver si Google reporta páginas con errores (no accesibles) o excluidas. Soluciona cualquier error crítico (por ejemplo, “Error de servidor (5xx)” o “URL inaccesible”).
Mejora la velocidad y tiempo de actividad: Un hosting lento puede hacer que Google abandone el rastreo. Optimiza imágenes, utiliza una buena plataforma de alojamiento y considera usar caché. Herramientas como Google PageSpeed Insights te orientan sobre cómo acelerar la carga.
Verifica la versión móvil: Pasa tu web por la Prueba de optimización para móviles de Google. Asegúrate de que el contenido se ve y funciona bien en smartphones. Si no es mobile-friendly, adapta el diseño (usa plantillas responsivas o creadores que sean automáticamente adaptables a móviles).
Haz visible el contenido importante: Evita esconder texto clave detrás de interacciones complicadas. Por ejemplo, si tienes un catálogo que solo se muestra tras hacer búsquedas internas, considera también listar esos ítems en páginas accesibles por enlaces. Siempre debería haber una forma para que un bot navegue tu sitio siguiendo enlaces HTML normales.
Chequea que no haya enlaces rotos ni redireccionamientos erróneos: Un laberinto de redirecciones o links que dan 404 entorpece la indexación. Arregla los enlaces internos rotos (puedes usar plugins o herramientas como Screaming Frog para encontrarlos) y mantén una estructura clara.
4. Optimización SEO deficiente: tu web no se posiciona
Tu sitio puede estar técnicamente indexado, pero “no sale” en Google para ninguna búsqueda que importe. En otras palabras, existe en el índice pero tan escondido (página 5, 10 o ni siquiera aparece para términos lógicos) que, efectivamente, no recibes visitas.
Esto suele deberse a problemas de SEO on-page y de contenido:
Palabras clave incorrectas o inexistentes: ¿Has escrito en tu web los términos que tu público buscaría? Si tienes una página de servicios titulada solo “Inicio” o “Bienvenido a mi web”, Google difícilmente sabrá que ofreces, por ejemplo, asesoría financiera. Debes usar las palabras clave relevantes (ej. “Asesor financiero en Madrid”) en títulos, textos y meta-etiquetas.
Contenido muy escaso o genérico: Google prioriza contenido útil y de calidad. Si tu web tiene una sola página con dos párrafos vagos, o si tus textos son copiados de otros sitios (contenido duplicado), es probable que no te considere relevante.
Metadatos poco optimizados: El título SEO (meta title) y la meta descripción de cada página son los “anuncios” de tu web en los resultados. Si los dejas vacíos o mal redactados, pierdes clics y Google puede ignorarte. Por ejemplo, una tienda de zapatos cuyo título de homepage sea simplemente “Inicio” vs. “Zapatería online en Barcelona – Zapatos [Marca]”.
Mala experiencia de usuario: Factores como una alta tasa de rebote (gente que entra y sale rápidamente) o poco tiempo en página le indican a Google que quizá tu sitio no satisface a los visitantes. Esto puede deberse a contenido poco útil, diseño confuso, demasiada publicidad invasiva, etc. Aunque estos factores son indirectos, influyen en la visibilidad.
Solución: Aplicar buenas prácticas de SEO básico para que tu sitio sí aparezca en las búsquedas relevantes:
Investiga tus palabras clave: Ponte en los zapatos de tu cliente o público objetivo. ¿Qué frases usarían en Google para encontrar tu producto/servicio? Utiliza herramientas sencillas como el Planificador de Palabras Clave de Google o simplemente la propia sugerencia de Google al escribir. Identifica 4 o 5 términos clave importantes para tu negocio.
Optimiza tus páginas con esas palabras (sin abusar): Asegúrate de incluir de forma natural esas palabras en el título de la página, en uno o dos subtítulos (H2/H3) y a lo largo del texto. Por ejemplo, si tienes un blog de jardinería y quieres aparecer por “plantar tomates en casa”, quizá tu artículo deba titularse “Guía para plantar tomates en casa paso a paso” en lugar de “Mi experiencia con tomates”.
Mejora tus títulos y meta descripciones: Cada página de tu sitio debe tener un meta title descriptivo y atractivo (idealmente 50-60 caracteres) y una meta descripción clara (120-155 caracteres). Incluye tu palabra clave principal y algún valor diferencial. Siguiendo el ejemplo anterior: Título podría ser “Plantar tomates en casa: guía fácil paso a paso | Blog Jardín” y la meta descripción algo como “¿Quieres cultivar tomates en tu balcón? Te explicamos cómo plantar tomates en casa, cuidados, trucos y materiales necesarios para una cosecha exitosa.” Esto le dice a Google (y al usuario) exactamente de qué va tu página.
Crea contenido útil y suficiente: Desarrolla los temas con cierto detalle. Una página de servicio debería explicar qué ofreces, en dónde, cómo contactar, etc. Un artículo de blog debería cubrir la pregunta del usuario con información práctica. No se trata de escribir texto por llenar, sino de responder bien las posibles dudas. Una buena guía, lista de consejos, FAQ, etc., retiene más a la gente y te posiciona mejor.
Evita contenido duplicado: Si tienes descripciones de productos iguales a las de otros sitios, o varias páginas en tu propia web con textos calcados, Google puede omitirlas. Trata de tener contenido original.
Añade contenido multimeda y formato atractivo: Uso de imágenes (optimiza sus ALT text con descripciones, otra mini oportunidad de incluir palabras clave), listas, encabezados, negritas, etc., hace tu página más legible y valiosa.
Considera el SEO local si aplica: Si tu negocio es local (una tienda física, restaurante, servicio en cierta ciudad), incluye referencias a la ubicación. Por ejemplo “Clínica dental en Valencia – barrio Ruzafa”. Y no olvides crear o reclamar tu ficha de Google My Business para búsquedas locales.
(Nota: Algunos errores SEO comunes – como no usar palabras clave apropiadas, títulos pobres, sitio no adaptado a móviles o no medir resultados – también pueden afectar tu visibilidad. Si quieres profundizar en estos aspectos, revisa nuestro artículo errores comunes de SEO que cometen las PYMEs, donde explicamos cómo evitarlos.)
5. Falta de autoridad o enlaces externos hacia tu sitio
Normalmente no basta con optimizar tu propia web, la reputación online también cuenta.
Google da más prioridad a sitios que parecen importantes, y una señal clave de importancia es cuántos otros sitios web enlazan al tuyo (y qué calidad tienen). Si tu página no tiene backlinks (enlaces entrantes) o solo tiene enlaces muy pobres, puede ser menos visible incluso aunque no tenga fallos técnicos ni de contenido.
Piensa en los enlaces como “votos de confianza”. Una web nueva y desconocida, sin enlaces, empieza con poca autoridad. Por el contrario, si un periódico local, un directorio de negocios o un blog popular mencionan tu web con un enlace, Google “se entera” de que existes y te toma más en serio.
¿Puede la falta de enlaces hacer que no aparezca en Google? Directamente, si tu web es totalmente nueva y ningún otro sitio la menciona, Google puede tardar más en encontrarla (esto lo cubrimos en el punto 1). Pero incluso después de indexada, una ausencia total de enlaces hace muy difícil que posiciones en búsquedas competidas. Tu contenido podría quedar relegado a páginas muy posteriores de resultados donde nadie lo ve.
Solución: Trabaja en conseguir algo de autoridad para tu dominio de forma natural:
Da de alta tu negocio en directorios y mapas: Asegúrate de estar en Google My Business (ahora Google Business Profile) para búsquedas locales, pero también en directorios profesionales de tu sector, cámaras de comercio, listados de empresas locales, etc. Muchos permiten incluir la web, lo que te genera enlaces legítimos.
Colabora con otras webs o blogs: Si conoces a alguien con un blog relacionado, ofrécele escribir un guest post (artículo invitado) útil para su audiencia, a cambio de mencionar tu sitio. O quizá alguna ONG, socio o proveedor pueda listar tu empresa en su página de colaboradores. Estos enlaces deben ser relevantes y genuinos (no se trata de “poner tu link en cualquier sitio” sino en lugares coherentes).
Comparte contenido en redes y otros canales: Aunque los enlaces desde redes sociales no cuentan tanto como “voto de SEO”, sí ayudan a dar difusión. Una buena pieza de contenido que compartas en LinkedIn, Twitter, Facebook, etc., podría ser vista por alguien que a su vez la enlace en su web o blog.
Crea contenido que otros quieran enlazar: Esta es una estrategia a mediano plazo. Si en tu web publicas recursos útiles (ejemplo: una guía, una infografía, un vídeo instructivo), es más probable que con el tiempo otros sitios lo referencien. Por ejemplo, si tienes la web de una asesoría fiscal, podrías publicar un calendario fiscal descargable; algún blog puede enlazarlo como recurso para sus lectores.
Evita tácticas de spam de enlaces: No te lances a comprar paquetes de enlaces ni a dejar tu URL en comentarios de blogs sin ton ni son. Google detecta esas prácticas y podría penalizarte, dejándote peor que al inicio. Prefiere calidad sobre cantidad.
6. Penalizaciones de Google o problemas de seguridad
Este es un caso menos común para pequeñas webs, pero no por ello imposible. Google puede eliminar o reducir drásticamente la visibilidad de un sitio si detecta que incumple sus directrices de calidad o si representa un riesgo para los usuarios.
Dos escenarios típicos son:
Acciones manuales (penalizaciones): Si alguna vez recurriste a prácticas SEO “sucias” (por desconocimiento o porque te lo prometió alguna agencia poco ética), como generar miles de enlaces artificiales, copiar contenido de otros, esconder texto engañoso, etc., es posible que Google haya aplicado una penalización manual. Esto suele significar que tu sitio deja de aparecer para ciertas búsquedas o directamente desaparece del todo del índice. Lo bueno es que Google lo notifica en Search Console, en el apartado “Acciones manuales”, indicando el motivo (por ejemplo “Contenido de poca calidad” o “Enlaces artificiales apuntando a tu sitio”).
Problemas de seguridad (hacking, malware): Si tu web ha sido hackeada y está distribuyendo malware, spam oculto, redireccionando a sitios peligrosos, o incluso si tu certificado SSL caducó y los usuarios ven “sitio no seguro”, Google puede mostrar advertencias y dejar de mostrar tu sitio para proteger a los usuarios. Estas situaciones también suelen reflejarse en Search Console, en la sección “Problemas de seguridad”.
Solución: Si sospechas de penalización o hackeo, actúa cuanto antes:
Revisa Search Console: Tanto en Acciones Manuales como en Seguridad y problemas, para ver si hay algún aviso. Si lo hay, Google te dará pistas de qué está mal.
Si es una penalización por enlaces: Toca limpiar tu perfil de enlaces. Identifica aquellos backlinks sospechosos (por ejemplo, cientos de enlaces desde sitios spam o irrelevantes). Puedes usar la herramienta de Disavow Links de Google para “rechazar” esos enlaces tóxicos, aunque hazlo con cuidado. Adicionalmente, mejora el contenido de tu sitio para que Google confíe de nuevo. Una vez hecho, envía una solicitud de reconsideración a Google explicando las medidas tomadas (esto se hace desde el mismo panel de Acciones Manuales).
Si es por contenido de baja calidad: La solución es obvia: mejora el contenido. Elimina páginas de relleno, corrige las prácticas engañosas (texto oculto, keyword stuffing – repetir palabras clave sin sentido). Aporta contenido original y útil. Tras ello, igualmente puedes solicitar reconsideración.
Si tu sitio fue hackeado: Pon tu sitio en mantenimiento (para no exponer a usuarios mientras lo arreglas). Limpia el malware o archivos maliciosos – si no sabes, busca ayuda de un desarrollador o tu proveedor de hosting; muchos hostings ofrecen asistencia en estas crisis. Cambia todas las contraseñas. Actualiza tu CMS, plugins o software a sus últimas versiones (muchos ataques ocurren por vulnerabilidades en versiones desactualizadas de WordPress, plugins, etc.). Una vez limpio, solicita una Revisión de seguridad en Search Console para que Google compruebe que todo está bien y quite las advertencias.
Prevención a futuro: Mantén tu sitio seguro: certificado SSL vigente, copias de seguridad, plugins de seguridad en CMS, y vigila el spam. Y al hacer SEO, sigue buenas prácticas éticas (“White hat SEO”). Puede que avanzar cueste un poco más, pero evitarás retrocesos catastróficos por penalizaciones.
7. Cambios de dominio o estructura mal gestionados (migraciones)
¿Has hecho una mudanza digital recientemente? Por ejemplo, cambiar tu sitio de tudominioantiguo.com a tunuevodominio.com, o pasar de http:// a https://, o incluso reestructurar las URLs internas (cambiar la arquitectura de páginas). Las migraciones son operaciones delicadas: si no se planifican bien, pueden hacer que una web desaparezca de Google temporalmente.
Imagina que tenías tu web bien posicionada en un dominio, pero decides renovar la marca con otro nombre de dominio. Si lanzas la nueva web y simplemente dejas expirar o cerrar la anterior sin más, Google de pronto perderá de vista todo tu contenido indexado en el viejo dominio (obtendrá errores 404 al intentar visitarlo) y tardará en encontrar y confiar en el nuevo. Resultado: de estar posicionado pasas a no aparecer en absoluto por un tiempo.
Lo mismo ocurre con grandes rediseños donde cambian las URLs (por ejemplo, antes tenías tudominio.com/producto1 y ahora la nueva web ese producto está en tudominio.com/tienda/item123). Si no se hacen redirecciones 301 de las antiguas direcciones a las nuevas equivalentes, Google cree que las páginas antiguas simplemente murieron, y las nuevas empiezan desde cero en términos de SEO.
Solución: Siempre que hagas cambios mayores en tu sitio, sigue buenas prácticas de migración SEO:
Implementa redirecciones 301 de todas tus URLs antiguas a sus nuevas ubicaciones. Un redireccionamiento 301 (permanente) le dice a Google “esta página se movió definitivamente a esta otra dirección”. Así, transfieres en buena medida la relevancia acumulada. Si cambias de dominio, básicamente tienes que redirigir todo el dominio antiguo hacia el nuevo. Esto suele hacerse mediante reglas en el archivo .htaccess, configuraciones del servidor o plugins especializados en WordPress.
Usa la herramienta de cambio de dirección (cuando aplica): En Search Console, si cambiaste por completo de dominio, utiliza la opción “Cambio de dirección” para informarle a Google de la migración de tudominioantiguo.com a tunuevodominio.com.
Actualiza tu sitemap y vuelve a enviarlo: Tras la migración, genera un nuevo sitemap con las nuevas URLs y súbelo a Search Console (en la propiedad del nuevo dominio, si cambió). Elimina o marca como obsoleto el sitemap antiguo.
Revisa enlaces internos y corrige errores: Asegúrate de que en tu nueva web no queden enlaces que apunten al dominio viejo (o a rutas antiguas). Actualiza todos los enlaces internos a la nueva estructura. También, monitorea la sección “Errores 404” en Search Console después de la migración: si aparecen URLs antiguas que no redirigen bien, arréglalas añadiendo las redirecciones faltantes.
Comunica la nueva dirección a usuarios y sitios externos: Si tenías enlaces importantes apuntando a tu viejo dominio (por ejemplo, un periódico local), avisa si es posible para que actualicen la URL. Al menos, asegúrate de actualizar tu dirección en perfiles de redes sociales, directorios, etc. donde la hayas listado.
Ten paciencia (de nuevo): Incluso con todo bien hecho, es normal ver una bajada inicial en tráfico tras una migración. Google necesita procesar los cambios. Pero si las redirecciones se hicieron correctamente, en unas semanas deberías recuperar la visibilidad. Mientras tanto, evita cambiar demasiadas cosas a la vez; por ejemplo, no cambies de dominio y aproveches para cambiar todo el contenido a la vez – es mejor migrar paso a paso para aislar problemas.
Preguntas frecuentes
¿Cómo saber si mi página web está indexada en Google?
La forma más sencilla es utilizar el comando site: en Google. En la barra de búsqueda, escribe "site:tu-dominio.com" (sin http ni www). Esto te mostrará todas las páginas de tu dominio que Google tiene indexadas. Si no aparece nada, significa que Google aún no ha indexado ninguna. También puedes usar Google Search Console: en la herramienta de inspección de URLs, introduce la URL de tu página principal. Si te dice “URL no está en Google”, entonces no está indexada (y te dará posibles razones). Si está indexada, la herramienta mostrará detalles como la última fecha de rastreo, si está en el índice, etc.
¿Cuánto tarda Google en indexar una web nueva?
No hay un tiempo fijo; puede variar. En general, Google suele descubrir e indexar páginas nuevas en pocos días si tienen algún enlace entrante o si las enviaste por Search Console. Sin ninguna ayuda, podría tardar semanas. Factores como la popularidad del dominio, la claridad de la estructura y la frecuencia de actualización influyen. Un truco para acelerar es, como mencionamos, enviar la URL manualmente por Search Console. Muchos administradores reportan que nuevas páginas enviadas así aparecen en 24-48 horas. Pero ojo, indexar es solo el primer paso, posicionar bien puede llevar bastante más tiempo (especialmente en nichos competidos).
Mi página estaba en Google y desapareció de repente, sin que yo cambiara nada. ¿Qué puede haber pasado?
Cuando una web que ya llevaba tiempo indexada desaparece de golpe, las causas pueden ser: 1) Caída del sitio – si tu web estuvo offline o con errores durante varios días cuando Google pasó a rastrearla, pudo haberla marcado como no disponible. Solución: arregla el sitio y solicita indexación de nuevo. 2) Penalización o filtrado algorítmico – por ejemplo, si Google lanzó una actualización de algoritmo (como las de contenido útil, spam, etc.) pudo penalizar tu sitio por no cumplir ciertas pautas. Revisa las Directrices de Google y mejora contenido/calidad. 3) Ataque o problema de seguridad – verifica que tu dominio no esté expirado, que no haya sido hackeado, o que tu archivo robots.txt no haya cambiado sin querer. 4) Competencia o cambios en resultados – a veces “desaparecer” significa que te desplazaron a la página 5 o 10 por nuevas páginas de otros. En ese caso no estás fuera del índice, pero prácticamente invisible. Revisa si al buscar tu dominio específico apareces; si sí, entonces el tema es de posicionamiento (toca mejorar SEO).
¿Necesito pagar anuncios (Google Ads) para salir en Google?No, no es necesario pagar para la visibilidad orgánica.
Salir en Google de forma natural (orgánica) es gratis; solo requiere tiempo y trabajo en tu SEO. Google Ads te permite colocar tu página en los primeros lugares como anuncio pagado de inmediato, pero en cuanto dejas de pagar, desapareces. En cambio, trabajar el SEO (contenido de calidad, técnica y autoridad) logra que tu sitio aparezca en resultados orgánicos de forma más estable sin pagar por clic. Dicho esto, una estrategia no excluye la otra: si necesitas resultados inmediatos, los anuncios pueden ser un parche, pero paralelamente deberías mejorar el SEO para que a largo plazo tu página aparezca gratuitamente.
¿Qué es Google Search Console y por qué es importante?
Google Search Console es una herramienta gratuita oficial de Google que actúa como el “canal de comunicación” entre tu sitio web y el buscador. Es imprescindible si quieres diagnosticar por qué tu página no aparece. Con Search Console puedes: enviar sitemaps, ver qué páginas ha indexado Google (y cuáles no, con sus motivos), recibir alertas de errores de rastreo, saber si tienes penalizaciones o problemas de seguridad, analizar en qué búsquedas apareces y con qué posición, etc. En resumen, te da visibilidad sobre cómo Google ve tu sitio y te permite indicarle ciertas cosas (por ejemplo “por favor, indexa esta URL” o “oye, quita este contenido antiguo”). Si aún no la usas, configúrala ya. Solo debes tener una cuenta de Google, agregar tu dominio en Search Console y verificar (por HTML, DNS o Google Analytics). Es un paso sencillo que ofrece mucho control sobre la presencia de tu web en Google.
En conclusión, “mi página no aparece en Google” tiene solución en la mayoría de los casos. Hemos visto que puede ser por motivos tan simples como un ajuste de “no indexar” mal puesto, o tan complejos como una penalización. La clave es diagnosticar ordenadamente: primero verificar si estás indexado; luego revisar configuraciones técnicas; optimizar contenido; y así sucesivamente hasta dar con el obstáculo. Aplicando las soluciones mencionadas, lo más seguro es que tu web logre ser indexada correctamente y empiece a ganar visibilidad.
Recuerda que el SEO orgánico es una carrera de fondo: incluso solucionados los problemas iniciales de indexación, posicionar en buenos lugares lleva tiempo. Continúa trabajando en tu contenido, en la experiencia del usuario y en conseguir cierta autoridad en tu sector. Poco a poco deberías notar que pasan de no encontrarte, a verte en resultados cada vez más arriba.
¿Y si después de todo esto aún no lo consigues?
No te desanimes. A veces, contar con ayuda profesional marca la diferencia. En Nova Studio, por ejemplo, hemos ayudado a muchas PYMEs y autónomos a detectar por qué su web no aparecía en Google y a revertirlo. Unos ojos expertos pueden auditar tu sitio, encontrar esos detalles que se escapan y trazar un plan para impulsar tu presencia online. Lo importante es no rendirse, tu proyecto merece ser encontrado. Si sientes que necesitas un impulso extra, busca asesoramiento especializado, estarás un paso más cerca de ver tu página web brillando en los resultados de Google.